La ciudad de Buenos Aires se convierte en Santuario que nos acerca como pueblo al misterio de Jesús muerto y resucitado

'Él cargó sobre sí nuestros pecados.
Es el Señor de la Paciencia que tanto nos ama que asumió Él nuestras fallas,
nuestros delitos, nuestra miserias.
Las llevó sobre su carne.
En esta Semana Santa, acercate.
Él te tiene paciencia, me tiene paciencia, nos va a comprender.
Y ya está vivo, está resucitado y nos puede cambiar la vida.
Acercate al Señor de la Paciencia.'
CARDENAL JORGE MARIO BERGOGLIO SJ.

Ya está expuesto en los jardines del Arzobispado de Buenos Aires -al lado de la Catedral Metropolitana- la imagen del JESÚS NAZARENO de la Santa Casa de Ejercicios Espirituales.

La imagen se venera habitualmente en la capilla pública de la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, ubicada en la Avenida Independencia 1170, y ha sido reverenciada en diferentes lugares desde el 19 de septiembre de 1786 cuando le es donada a la Sierva de Dios María Antonia de San José por Don Rosendo Rico, oriundo de España con domicilio en el Alto Perú, el cual falleció un mes después de la donación.

Esta imagen es talla de vestir, policromada, articulada, con ojos de vidrio y lágrimas de cristal, peluca de cabello natural.

Fue expuesta por primera vez en la anterior Casa de Ejercicios, que estaba detrás de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Montserrat hasta el año 1794, luego trasladada a su actual capilla.

De esta talla escribe la Sierva de Dios en una carta a un sacerdote en Roma en el año de 1786: '...Jamás se ha visto una imagen tal de Nazareno... porque, en verdad no han visto cosa más perfecta. Y de devoción. Es de estatura de un hombre cabal y está en acción de caminar. Está con una cruz con nudos. Ya está toda la gente pronta y saldrá en procesión de Semana Santa con licencia del Virrey'.

Y en otra carta del 3 de julio de 1788, comenta la Sierva de Dios: '...durante la Semana Santa lo he sacado a la Calle y ha sido la admiración desde el Sr. Virrey hasta el más mínimo...'.

El Jesús Nazareno -imagen ante la que rezaron nuestros próceres- era llevado en andas hasta la Plaza de la Victoria, actual Plaza de Mayo, y quedaba en veneración del pueblo en los arcos del Cabildo de Buenos Aires desde el Lunes Santo hasta el Sábado Santo.

Esta piadosa tradición se efectuó durante 169 años. Su última salida fue en la Semana Santa de 1955. Luego se interrumpió y hoy se retoma en este año del Bicentenario de la Patria.

Retomar antiguas tradiciones religiosas de nuestros hombres de Mayo es cosa buena: su fe y devoción nos marcaron el camino a la libertad.