Canciones de la Iglesia Católica

0024 - Magnificat
Bendita sos vos, muchacha de ensueños
y bendito el fruto que crece en tu seno.
De dónde me viene, lo que no merezco:
que amanezca en casa el mismo Lucero.
Hoy que apenas supe que eras vos mi cielo
me brincó la vida que llevo por dentro.
Feliz por creer lo que te dijeron
de parte de Dios tendrás sufrimiento.
Los mismos profetas prestaron su acento
para que naciera este canto nuevo.

Al Señor que es bueno
canta mi alma
aunque soy pequeña
y no valgo anda,
El hizo conmigo
sus grandes hazañas
por eso me dicen
bienaventurada.

Porque el Poderoso
me dio su mirada
que es misericordia
y a todos alcanza
Nos mostró su fuerza
dejando sin nada
a aquellos que tienen
soberbia en el alma.

Derribó a los grandes
que en ellos confiaban 
y a la gente humilde
hacia sí El elevaba,
al que estaba hambriento
le calmó sus ansias
y al rico orgulloso
dejó con las ganas.

Escuchó a su pueblo
que le suplicaba
acordándose de la vieja alianza
que con nuestros padres
El mismo jurara
y que los siglos
mantiene sellada. Amén.




Canciones de la Iglesia Católica
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