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0139 - Yo conocíYo conocí, a un buen Pastor, era la brisa, la luna y el sol. Cuando El cantaba, mi alma bailaba y juntos éramos una sola voz. Y cuando el lobo hambriento, se acercaba al rebaño, El levantaba su cayado, y el muy cobarde se escapaba. El daba su vida por sus ovejas tan queridas El se jugaba por entero, jamás ponía ningún pero. Y cuando caminaba El parecía que flotaba era tan suave su pisar que ni la tierra lastimaba. El era la puerta que atravesaban sus ovejas por donde el alma se asomaba detrás de su sonrisa clara. Y cuando alguna oveja se separaba del rebaño El la tomaba con sus brazos y la besaba con su aliento. El siempre contaba que jamás recibía pagas mientras amaba y recobraba, mientras cantaba una canción. Yo conocí, a un buen Pastor era la estrella, un oasis una luz, que las ovejas, de su rebaño lo conocían como a un tal Jesús. |
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