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0222 - Salmo 50Piedad, Señor, pecamos contra Ti. Piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión borra mi culpa, purifícame a fondo del pecado; de mi maldad límpiame, Señor. Yo reconozco mi culpa, Señor, tengo siempre presente mi pecado, contra Ti, contra Ti sólo pequé haciendo lo que es malo a tus ojos. Por eso eres justo en tu sentencia, tu juicio es irreprochable; Tú sabes que yo nací culpable, pecador mi madre me engendró. Tú amas el corazón sincero, y me enseñas la verdad en mi interior; purifícame Señor, quedaré limpio, quedaré más blanco que la nieve. Dame, Señor, tu voz y tu alegría, que se alegre mi cuerpo quebrantado; aparta tu vista de mis culpas, y borra todos mis pecados. Señor, crea en mí un corazón puro, y renueva la fuerza de mi alma; no me alejes, Señor de tu presencia, ni retires de mí tu Santo Espíritu. Concédeme la alegría del perdón, que tu aliento generoso me sostenga; mostraré a los pecadores tu camino, y hacia Ti volverán los extraviados. Líbrame de mis culpas, mi Salvador, y cantaré con gozo tu justicia; Señor, abre mis labios, y mi boca anunciará tus alabanzas. Los sacrificios no te satisfacen y si te ofrezco un holocausto no lo aceptas, mi sacrificio es un espíritu contrito, Tú no rechazas el corazón arrepentido. |
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