En la misa central de la peregrinación juvenil a Luján, el arzobispo de Buenos Aires "llamó a recuperar la memoria de cómo se vive como hermanos"

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El cardenal Jorge Bergoglio convocó hoy a vivir "como hermanos" y erradicar "la discordia y el odio" en la misa central realizada frente a la Basílica de Luján, como cierre de una multitudinaria peregrinación juvenil.

El cardenal y arzobispo de Buenos Aires llamó a "recuperar la memoria de cómo se vive como hermanos" y pidió "sacar toda la discordia de odio y envidia de nuestro corazón".

"Madre necesitamos vivir como hermanos. Por eso te pedimos la gracia de recuperar la memoria de cómo se vive como hermanos, la gracia de saber cuidarnos unos a otros", dijo el arzobispo.

Si bien la Comisión Arquidiocesana de Piedad Popular -organizadora de la marcha- rehusó dar cifras oficiales sobre la cantidad de peregrinos, un vocero de la Jefatura Departamental de Morón dijo que fueron "más de 1.200.000 personas".

Misa. Los peregrinos, a pesar del cansancio de recorrer a pie 65 kilómetros, participaron a las 7 de la misa principal.

En su homilía, Bergoglio admitió que no es fácil vivir como hermanos y aseguró que "la discordia, la envidia y la violencia nos impiden vivir como hermanos, como familia".

"Madre, necesitamos vivir como hermanos. Por eso te pedimos la gracia de recuperar la memoria de cómo se vive como hermanos, la gracia de saber cuidarnos unos a otros. No es un deseo es una necesidad. Lo necesitamos como el aire o el agua", sentenció el purpurado porteño.

En las intenciones de la misa se pidió a la Virgen que "ilumine a los que gobiernan la Patria", y también por el papa Benedicto XVI y los jóvenes "sin horizontes o sin familia".

A las 6.45, aplausos y vivas a la Virgen recibieron la "imagen cabecera" que partió ayer al mediodía del santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers.

"No hay palabras", comentó entre sollozos una joven que portó la imagen en buena parte del trayecto, tras abrazarse con otros compañeros de camino.

El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Rubén Di Monte, dio la bienvenida a los peregrinos y destacó que el lema "Madre, necesitamos vivir como hermanos" debería motivar a pedirle a la Virgen "sentimientos de paz y amor para hacer una Argentina nueva".

La mayoría de los caminantes se ubicó delante del altar levantado en la plaza Belgrano, frente a la basílica, donde una decena de obispos de la región Buenos Aires concelebró la misa.

Todos buscaban hacerse notar entre la muchedumbre. Algunos con pancartas para identificar su lugar de origen, otros con banderas o viseras con la imagen de la Virgen. Unos pocos dormían en el suelo, sin escuchar el sermón de Bergoglio.