El Sentido de la Trascendencia

El Sentido de la Trascendencia

La experiencia vital de lo trascendente es una necesidad liberadora que los hombres llevamos en nuestra naturaleza.

Acostumbrados a la aceleración que nos lleva a un devenir que nos arrastra casi sin darnos cuenta, hemos descuidado lo que está "más allá" de lo que perciben nuestros sentidos. Es una nueva forma de cientificismo, mezcla del antiguo materialismo y de la cultura de las sensaciones.

Debemos volver a nuestras fuentes, no para desconocer el presente ni los goces legítimos de la vida, sino para potenciarlos. Esas raíces que nos hablan de un sentido que nos orienta y nos marca una moralidad acorde con la condición humana. En definitiva se trata del sentido de la vida, y más precisamente del sentido de nuestra vida y de la vida en sociedad.

Despertar del materialismo no es rechazar la materia sino no asignarle exclusividad, no darle el primer lugar en nuestras aspiraciones y concreciones. Porque la materia se agota, al menos en la experiencia humana de cada vida en concreto. Lo eventual, hoy, reemplaza a lo esencial. Y los hombres nos desconcertamos en medio de una psique colectiva que tiene rezagadas a las preguntas y las respuestas más profundas de lo propiamente humano.

Si lo dicho vale para todo hombre, para los católicos es oportuno recordar, además, la presencia del Espíritu Santo como Persona Divina real que opera en nuestras vidas y en nuestro tiempo. El anquilosamiento de la vida espiritual, ya sea por abandono o por ritualismo vacío, es un velo que hace no darnos cuenta de la realidad más profunda. Creo que es justo reconocer que las nuevas comunidades eclesiales surgidas en el siglo XX realizaron, y lo siguen haciendo, una bocanada de aire fresco que nos despierta la memoria de quienes somos y cual es el sentido de nuestra vida. Al respecto llama la atención el párrafo que, con oportunidad del año dedicado a los sacerdotes, les escribe precisamente a ellos el Papa Benedicto XVI cuando afirma que es necesario "percibir la nueva primavera que el Espíritu está suscitando en nuestros días en la Iglesia, a la que los Movimientos eclesiales y las nuevas Comunidades han contribuido positivamente". "El Espíritu es multiforme en sus dones... Él sopla donde quiere. Lo hace de modo inesperado, en lugares inesperados y en formas nunca antes imaginadas... Él quiere vuestra multiformidad y os quiere para el único Cuerpo".

El secreto de una vida saludable no es una serie de operativos cosméticos, tan sugeridos con exclusividad por la propuesta posmoderna, sino la vivencia profunda de que lo que hoy experimentamos tiene un sentido eterno y una promesa cierta de plenitud.

Guillermo Cartasso
gcfiat@yahoo.com.ar


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actualización: 22 de julio de 2009