Vigilia en la Plaza de Mayo esperando la misa de inicio de pontificado de S.S. Francisco
Fuente de los textos: Aica (www.aica.org)
Fotos: J. Simón Tagtachian.
Una multitud se concentró frente a la catedral metropolitana para participar de la vigilia organizada por la Vicaría de Juventud de la arquidiócesis de Buenos Aires con motivo de la misa de inicio del ministerio petrino del papa Francisco, programada para las 5.30 (hora argentina) en el Vaticano y para “despedir al padre de la Iglesia local y al hijo de Buenos Aires”, según resaltaron los organizadores.
Familias, jóvenes y adolescentes comenzaron a acercarse a la Plaza de Mayo poco después de las 22.30 en autos y ómnibus, para acompañar la expectativa que ha generado en la Argentina la elección del hasta hace poco cardenal Jorge Mario Bergoglio.
El gobierno de la ciudad de Buenos Aires dispuso la colocación de pantallas gigantes a los costados de la catedral, en la Avenida de Mayo y en la plaza histórica de Buenos Aires. Desde un escenario armado en las escalinatas del templo mayor de la arquidiócesis se animó la noche, mientras en el interior se vivía una vigilia de oración con el Santísimo Sacramento expuesto.
El santo padre Francisco sorprendió a los miles de fieles que aguardaban en vigilia en la Plaza de Mayo para seguir de cerca la misa de inicio del pontificado.
A través de una llamada telefónica, el cantautor Carlos Seoanne, que se encontraba a las 3.30 en el escenario montado a las puertas de la catedral de Buenos Aires, anunció: “Tenemos una llamada del Papa”.
Inmediatamente, la multitud enmudeció y escuchó el mensaje del pontífice, que llamó a los fieles a cuidar a los más desprotegidos y a elevar oraciones por él.
El pontífice pidió “un favor” a la multitud, congregada en la explanada y compuesta en mayoría por familias, jóvenes y adolescentes. Francisco instó a "caminar juntos, cuidar la vida, la familia, la naturaleza y evitar el odio y la envidia. No le saquen el cuero a nadie; dialoguen".
Antes de interrumpir la comunicación, Francisco impartió la bendición apostólica sobre las miles de almas aglutinadas en el centro histórico porteño.
Palabras del Santo Padre
“Hola. Gracias por estar rezando. Gracias por las oraciones, las necesito mucho. Gracias por haberse reunido a rezar. ¡Es tan lindo rezar! Porque es mirar hacia el cielo, mirar a nuestro corazón y saber que tenemos un Padre Bueno, que es Dios. Gracias por eso.
Les quiero pedir un favor: caminemos todos juntos, cuidémonos los unos a los otros, cuídense entre ustedes, no se hagan daño; cuídense! Cuiden la vida, cuiden la familia, cuiden la naturaleza, cuiden los niños, cuiden a los viejos. Que no haya odio, que no haya peleas. Dejen de lado la envidia y no le saquen el cuero a nadie; dialoguen, vayan creciendo en el corazón y acérquense a Dios.
Dios es bueno, Dios siempre perdona. Dios es Padre… acérquense siempre a Él. Que la Madre los bendiga mucho y por favor, no se olviden de este obispo, que aunque está lejos, los quiere mucho: recen por mí.
Por la intercesión de Santa María, siempre Virgen y del ángel guardián de cada uno, el glorioso patriarca San José, de Santa Teresita del Niño Jesús y los santos protectores de ustedes, que los bendiga Dios Todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”.
El origen de la llamada
El presbítero Alejandro Russo, rector de la catedral de Buenos Aires, reveló a AICA que el llamado fue acordado el lunes 18 a la mañana, luego de que el Papa se comunicara con él.
“Me llamó al mediodía de ayer, y en medio de la conversación, me preguntó si quería que llame para hablar con los jóvenes reunidos en la Plaza”, relató el sacerdote. “¡Sí, me encantaría!”, le respondió al Papa.
“Me preguntó a qué hora llamar, y le dije que las 3.30 hora argentina, es decir las 7.30 de Roma. Y a las 3.30 en punto estaba el Santo Padre al teléfono –añadió-. Ahí fue donde pudimos unir el teléfono al sistema de audio; habló a la multitud, y luego de la ovación, impartió la bendición apostólica a los jóvenes congregados. Fue la primera bendición apostólica impartida sobre la Argentina”.+
J. Simón Tagtachian.
jst@cienciayfe.com.ar
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