¿Qué pasó el 17 de agosto de 2005
en la Casa de Riobamba?

"A veces, cuando uno no está, piensa que que las cosas no pasan. Pero el mundo sigue andando, los niños siguen creciendo, y la ciudad, cambia."

Juan José López

El 17 de agosto fue un día muy particular en nuestra sede de Riobamba del SPU. En la Argentina, se conmemora el aniversario de la muerte del General José de San Martín, el Padre de la Patria. Como el feriado se había trasladado al lunes, este hecho pasó desapercibido para casi todos. Así de particular fue el 17 de agosto.

A las dos de la tarde, sin saber muy bien por qué, perdimos una de las fases eléctricas en la Casa. Mientras tanto, los obreros seguían trabajando en la nueva red de gas. ¡La oficina de la Secretaría parecía una zona de guerra! Pero muchas veces para construir hay que destruir primero.

El local, el patio, las obras exteriores de la Casa, avanzan. Ayer llegaron las heladeras para le local -me parece que vamos a tener que pesar a todos los integrantes del SPU porque van a ganar kilos en los próximos meses- y los arquitectos Javier y Carlos, y uno de los responsables del local, estaban dando las últimas instrucciones para la próxima inauguración.

A las 17:30 hs, estuvimos revisando con un técnico el ascensor de Riobamba, pues está encaminado su proceso de restauración. Encontramos un diario de 1959 en el ascensor que nos ayuda a pensar que ese año dejó de funcionar. La Casa cada día nos va contando más de sus misterios.

Mientras tanto, en las paredes siguen apareciendo nuevos y misteriosos frescos. Nos hacen ver realidades diferentes y volver a épocas pasadas.

La noche seguía avanzando y la luz no regresaba. Y nadie sabía qué ocurría. La mitad de la Casa estaba a oscuras -el piso inferior-. En el piso superior, Enzo estaba tratando de encontrar alguna solución. En eso, llegaron a la casa primero López (electricista, pero que no estaba al tanto del problema) y el Padre Guillermo Jorge. Se pusieron a determinar dónde podría estar la falla en conjunto con el Arq. Javier, y se pusieron a trabajar en la solución.

Mientras tanto, Norberto había mudado su oficina al pie la estatua de Bois Guilbert. Sin teléfono, sin computadoras, casi sin luz seguía atendiendo a la gente que llegaba.

El grupo de la Radio estaba reunido armando el programa del sábado. Nada frenaría la reunión de producción.

Algunos chicos estaban llegando para la misa de las 20:00 hs. El punto de encuentro fue el patio. Era el único lugar con buena luz. Y era la primera vez que se usaba para que la gente del SPU se reuniera desde que lo arreglaron.

Las plantas nuevas le dan un aire mágico y nuevo. La reja nueva, en la escalera, le da un aire misterioso y más antiguo aún.

Llegó el Padre Luis, llegaron más chicos y todos se reunían en el patio.

Llegó Guillermina, que desde afuera vio todo oscuro y no entendía qué pasaba. Hasta que la tecnología -su celular- la comunicó con "los de adentro". Y Guillermina entró también. Y se reunió con los demás junto a la fuente del patio.

De pronto nos avisan: "Hay que cortar la luz de toda la Casa". Y la Casa quedó a oscuras. Y los teléfonos celulares fueron linternas. Y las sombras y los colores oscuros ganaron la casa.

Eran las 20:10 hs. La reparación se demoraba pero estaba bien encaminada. El Padre Willy y el Sr. López, alumbrados por candelabros, reparaban el tablero eléctrico. En ese momento, y ya decididos a celebrar la Misa solo con velas, ¡se hizo la luz!

Fue así que pudimos celebrar la misa con el Padre Luis y doce personas más. Y luego la Hora Santa.

Y todo siguió adelante en el SPU. Cuando nos fuimos y apagamos todas las luces, los frescos seguían mirándonos desde las paredes. Se quedaron cuidando la Casa. Sin dudas, fue un día especial en la "Casa de Riobamba".

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J. Simón Tagtachian
jst@cienciayfe.com.ar